Des voix pour Albeiro Vargas

20 Janvier 2015 – Extrait d’un mail d’Albeiro: « Hay momentos, lugares, personas que marcan la vida de los hombres. El nombre Jose Ignacio, para mí tiene un significado especial, sí ese adulto mayor que deambulaba las calles de la ciudad desde hace más o menos 20 años, y que fue  abandonado en un hospital por su estad critico de salud, a quien tuve la oportunidad de visitar con el ánimo de ofrecerle los servicios de la Fundación, pero con  su voz firme y mirada profunda me respondió: “antes muerto que ir a un ancianato”, triste y cabizbajo salí de su habitación, pensando cuál sería la suerte de Ignacio. Pasaron los  días, ingresó a la institución la ambulancia del hospital y dentro de ella venía atado de manos y pies  Ignacio, lanzando  expresiones de  disgusto e inconformidad. Le pedi a los camilleros que lo soltaran, pedia un poco de respeto por el…
     – ¿Nuevamente ud?  Me preguntó al verme, sí aquí estoy para ofrecerle lo que necesite,  “no me voy a quedar, yo me voy a escapar,  porque tengo hambre y usted  no me va a dar de comer”
     – Claro que sí , le respondí,  yo le puedo ofrecer comida, le puedo dar  chocolate, huevos,  pan y queso. Pero primero quiero que se duche y se ponga ropa limpia.
     Sus ojos sorprendidos no salían de la admiración cuando efectivamente le llegaban estos alimentos, con avidez los consumió en  un segundo  y aceptó quedarse esa noche con la condición que al día siguiente él se escaparía. En mi mente solo quedaba el deseo que cambiara de opinión,  pues asi ya no tendría que mendigar aquellos trozos de pan que en algunas ocasiones llegaban a su boca.  Más sorprendido aún quedo cuando encontró una cama limpia y el  recibimiento de  amor y cariño que tenía a su alrededor.  Si ese era Ignacio, quien días atrás con la fuerza de sus palabras se negaba a ir un ancianato, idea que fue transformando a medida que transcurría el tiempo.
Han pasado ocho meses  y ahora Ignacio es un ferviente lector  que se ha convertido en el bibliotecario de la institución, a su alrededor hay optimismo, deseos  y ganas de vivir y de aprender.
     Traduction, en résumé: « Il y a des moments, des lieux, des personnes, qui marquent votre vie. Le nom de Jose Ignacio est de ceux-là… car ce vieillard, qui errait dans les rues depuis près de 20 ans, gisait, à l’abandon, à l’hôpital.  Comme je m’étais apporché de lui pour lui offrir nos services, il avait répliqué, durement: « Plutôt mourir que d’aller dans un Ancianato! »
Les jours passèrent et arriva une ambulance avec à l’intérieur, attaché, Jose Ignacio…
– « Encore vous ? – s’écria t’il en me voyant. Je ne vais pas rester! Je vais m’échapper! J’ai faim, mais je sais que vous n’aller pas me donner à manger… »
– « Bien sûr que oui! – lui ai je répondu –  mais auparavant, je veux que vous vous douchiez et mettiez des vêtements propres ».
Ses yeux « lui sortaient de la tête », en voyant arriver la nourriture… Il avala tout en une seconde…et accepta de rester « une nuit seulement », à condition de pouvoir partir, le lendemain… (Moi, j’espérais le faire changer d’opinion, mais…) Il fut encore plus surpris, quand il trouva pour lui, un lit bien propre…
Tel était Jose Ignacio qui, au fil des jours…
Huit mois ont passé depuis, et aujourd’hui, Jose Ignacio est un lecteur assidu au point qu’il est devenu « le responsable de la bibliothèque  » de l’instituion, répendant alentour l’optimisme, l’espoir, l’envie de vivre et d’apprendre… »